7. Dios, fuente de vida, crea el mundo
Estimados catecúmenos, en esta entrada podéis
encontrar el texto completo del tema del tema 7 titulado: Dios,
fuente de vida, crea el mundo. Espero que os sirva para reflexionar e
integrar de manera progresiva la presencia de Dios en vuestras vidas
cotidianas.
QUÉ PRETENDEMOS CONSEGUIR CON ESTE TEMA...
1.
Conocer
el significado de la afirmación "Creo en Dios, creador del cielo y de la
tierra".
2.
Saber
interpretar el relato bíblico sobre la creación del mundo.
3.
Agradecer
la creación como reflejo de bondad y sabiduría divinas.
4.
Tomar
conciencia de la responsabilidad que tenemos ante el mundo que Dios pone en
nuestras manos.
INTRODUCCIÓN
En la primera lectura
de la Sagrada Escritura que proclamamos en la Vigilia pascual, contemplamos
como Dios está en el principio de todo aquello que en el mundo es bueno y
bello, especialmente en el principio de la persona humana, que ha sido creada a
su imagen y semejanza. Estos son algunos de sus fragmentos: Al
principio creó Dios el cielo y la tierra. Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz
existió. Vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla.
Llamó Dios a la luz «día» y a la tiniebla «noche». Pasó una tarde, pasó una
mañana: el día primero. Y dijo Dios: «Exista un firmamento entre las aguas, que
separe aguas de aguas». Y así fue. Llamó Dios al firmamento «cielo». Pasó una
mañana: el día segundo.
Dijo Dios: «Júntense las aguas de debajo del cielo en
un solo sitio, y que aparezca lo seco». Llamó Dios a lo seco «tierra», y
a la masa de las aguas llamó «mar». Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios: «Cúbrase la tierra de verdor, de hierba
verde que engendre semilla, y de árboles frutales que den fruto según su
especie y que lleven semilla sobre la tierra». Y así fue. Y vio Dios que
era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
E hizo Dios dos lumbreras
grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el
día cuarto. Y creó Dios los grandes
cetáceos y los seres vivientes que se deslizan y que las aguas fueron
produciendo según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Pasó una
tarde, pasó una mañana: el día quinto.
E hizo Dios las fieras según
sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces
del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los
creó. Dios los bendijo; y les dijo Dios: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los
peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la
tierra». Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Pasó una
tarde, pasó una mañana: el día sexto.
Así quedaron concluidos los
cielos, la tierra y todo el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la
obra que había hecho, descansó el séptimo día de toda la obra que Dios había
hecho cuando creó. (Gén 1, 1-2, 3)
¿DIOS CREO EL MUNDO EN SEIS DIAS?
Algunas personas
te dirán que lo que relata la Biblia sobre los orígenes del mundo es casi
imposible. Sin embargo, la Biblia no pretende describir cómo se ha formado el
universo al modo como lo hacen los científicos.
La Escritura
presenta la obra del Creador simbólicamente, como una secuencia de seis periodos
de trabajo divino que terminan con
el reposo del día séptimo.
Sin embargo, que
el texto sea simbólico no significa que no exponga verdades.
Las primeras
páginas del Libro del Génesis expresan las verdades de la creación, de su
origen y de su fin en Dios, de su orden, de su bondad, de la vocación del ser
humano y, finalmente, del drama del pecado y de la esperanza de la salvación.
EN CRISTO FUERON CREADAS TODAS LAS COSAS
Cuando en el credo decimos: «Creo en Dios Padre
todopoderoso, creador del cielo y de la tierra», profesamos que Dios es el
creador de todas las cosas visibles e invisibles: de todos los seres
espirituales y materiales, esto es, de los ángeles y del mundo visible y, en
particular, del hombre y de la mujer. Dios, libremente y por amor, creó todo de
la nada.
Dios Padre ha creado todas las cosas por medio de
su Hijo, que es la Sabiduría y la Palabra eterna del Padre.
En los primeros tiempos de la Iglesia, cuando
algunos cristianos se preguntaron quién era realmente Jesús, el apóstol Pablo
recordó que Cristo es el hijo de Dios, superior a todos los seres creados, que
interviene en la creación, la cual tiene en él su destino final y definitivo.
Él es imagen del Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque en Él fueron creadas todas las cosas.
Todo fue creado por Él y para Él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él (Col 1,
15-17).
Y LOS ANIMALES ¿SON IGUAL QUE LAS PERSONAS?
Los animales no
son iguales que las personas, pues el hombre y la mujer han sido creados a
imagen y semejanza de Dios y son la cumbre de la creación. Ésta es la
diferencia radical respecto a los animales. Las personas, con su voluntad e
inteligencia, pueden decidir a favor o en contra del amor, pueden conocer y
amar a Dios; en cambio, los animales no pueden. Sin embargo, los animales
también son criaturas de Dios, rodeados de su solicitud providencial y, con su
simple existencia, bendicen y dan gloria al Señor. Se les debe aprecio, pero no
se los puede querer como se quiere a las personas. No sería justo gastar en
ellos bienes que podrían remediar la miseria de los seres humanos.
AMAR Y CUIDAR LA CREACIÓN DE DIOS
Entre todo lo creado, el máximo respeto se lo
debemos a la persona humana, a su vida, integridad y dignidad, pues es imagen y
semejanza de Dios.
Los animales y las plantas, los cielos y las
estrellas, los mares y los ríos, cada cosa a su manera, son también un reflejo
de la sabiduría y la bondad de Dios.
Dios ha puesto todas
las cosas en las manos del hombre. Nosotros respondemos agradeciendo estos
dones, cuidándolos y usándolos con responsabilidad. Hacer lo contrario es
despreciar a su Creador.
La naturaleza debe ser
conservada y protegida para el bien de las personas, sabiendo que el dominio
que Dios nos ha concedido sobre ella no es absoluto; debemos respetarla y
evitar todo aquello que la dañe y perjudique.
Con nuestro respeto y
esfuerzo podemos y debemos mejorar el entorno en que vivimos para que esté al
servicio de la dignidad y la calidad de vida de las personas de hoy y de las
generaciones venideras.
TODO LO QUE DIOS CREO ES BUENO
La Biblia nos recuerda
que, al terminar su obra, Dios vio todo lo que había hecho, y era muy bueno (Gén
1, 31). Después de escuchar esa lectura, todos los que nos hemos reunido en la
Vigilia pascual damos gracias al creador por el universo, los astros, las
plantas y los animales y, especialmente, por el hombre y la mujer.
Bendice, alma
mía, al Señor:
¡Dios mío, qué
grande eres!
Cuántas son tus
obras, Señor,
y todas las
hiciste con sabiduría;
la tierra está
llena de tus criaturas
(Sal 104, 1-24)
LOS
ÁNGELES
Son criaturas espirituales, incorpóreas,
invisibles e inmortales; son seres personales dotados de inteligencia y
voluntad. Los ángeles contemplan a Dios cara cara, lo glorifican, lo sirven y
son sus mensajeros en la misión de salvación de los hombres. La Iglesia se une
a los ángeles para adorar a Dios, celebra la memoria de algunos de ellos y pide
su ayuda. Dices San Basilio: «Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector
y pastor para conducirlo a la vida.»
Entre los siglos XII y
XIII, en su Cántico de las criaturas, San Francisco de Asís se admira ante la bondad de todo lo que Dios
ha hecho. Reconocer a Dios como principio de la vida es fuente de gozo y de
confianza
Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano Sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su
esplendor
y lleva por los cielos noticia de su autor.
Y por la hermana agua, preciosa por su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado mi
Señor!
Y por la hermana tierra que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!
¿Por qué decimos que Dios es Creador del
cielo y de la tierra?
Decimos que Dios
es el Creador del celo y de la tierra porque hizo todas las cosas de la nada,
libremente y por amor.
UN MOMENTO DE REFLEXIÓN... (preguntas para
reflexionar íntimamente, no las contestes inmediatamente, tómate tu tiempo para
ello, pero muéstrate sincero/a)
1.
Así quedaron concluidos los cielos,
la tierra y todo el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la obra que
había hecho, descansó el séptimo día de toda la obra que Dios había hecho
cuando creó. (Gén 1,
1-2, 3). Según el relato bíblico, Dios creó el mundo en seis días,
dedicando el séptimo al descanso. ¿Hay que entender esa afirmación como que
Dios creó el mundo en 144 horas, más 24 horas dedicadas al descanso? (argumenta
tu respuesta)
2.
¿A qué se refiere el texto bíblico
cuando habla de una "lumbrera mayor" y en qué día de la creación fue
creada?
3.
Uno de los cuatro evangelistas nos
habla del origen de la creación. ¿A qué evangelista nos referimos?, y ¿cuál es
ese origen sin el cual no se hizo nada de cuanto existe?
4.
Si seguimos leyendo el evangelio
descubierto en la respuesta de la pregunta anterior, vemos que hay una relación
directa, un nexo de unión, entre la Creación y la razón de ser del Nuevo
Testamento ¿cuál es ese nexo divino y por qué?
Pincha aquí para rellenar el formulario donde están
estas mismas preguntas.
Textos extraídos de:
- CONFERENCIA
EPISCOPAL ESPAÑOLA: Testigos del Señor. Editorial EDICE,
2ª edición. Madrid, 2015.
- CONFERENCIA
EPISCOPAL ESPAÑOLA: Sagrada Biblia. Biblioteca de Autores
Cristianos (BAC). Madrid, 2011.
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