2. Enséñame, Señor, tu camino.

Estimados catecúmenos, en esta entrada os presento el tema 2 completo titulado: Enséñame, Señor, tu camino. Espero que os sirva para reflexionar e integrar de manera progresiva la presencia de Dios en vuestras vidas cotidianas. 

INTRODUCCIÓN
Por la mañana, al despertarte, con el corazón alegre, santíguate pensando en Dios. Agradécele tu vida y la de los que te rodean, el nuevo día que te dan: Alaba al Señor, Dios, en todo tiempo, ruégale que oriente tu conducta (Tob 4, 19).
Cuando comentes con tus padres y hermanos lo que hoy vas hacer, habla siempre con alegría y con amor: ellos son tu familia, lo mejor que Dios te ha dado.
Durante el día piensa a menudo en Dios, porque el siempre piensa en ti: Acuérdate del Señor todos los días (Tob 4, 5). Háblale como a un amigo.
 Es por delante de la iglesia, en interés: es la casa de los cristianos contar tu casa. Ante el Señor, reza el padrenuestro.
En la escuela, haz tus tareas con orden. Esfuérzate en aprender. Tus profesores te ayudan a comprender todo aquello que el ser humano ha descubierto del mundo que Dios nos ha confiado, tan lleno de misterios y de belleza.
Sé amigo de tus amigos y haz nuevos amigos. Perdona siempre, pues Dios te perdona ti. Sé alegre y amable en el trato con los demás, especialmente con los que a veces nadie tiene en cuenta: Si algo te sobra, dalo con generosidad (Tob 4, 16).
A la hora de comer bendice la mesa con tu familia. Disfruta de los frutos de la tierra y agradecérselos al Señor. Come con moderación.
Ayuda a tus padres: ellos trabajan mucho para ti. Dedícate a tus hermanos y abuelos. No desprecies los buenos consejos (Tob 4, 18).
Ayuda con alegría a los vecinos y conocidos. Aprovecha tu tiempo libre y, en el deporte, juega limpio. Pon cuidado, hijo, en toda tu conducta, compórtate con educación (Tob 4, 14).
Por la noche, antes de ir a dormir, cuéntale al Señor todo lo que has visto, lo que has vivido y has descubierto. Pídele perdón por tus pecados. Nunca olvides dar gracias a Dios en la oración: por el bautismo eres su hijo y hermano de Jesús. Recuerda también que él te dio como madre a María, para que la ames, la trates, la imites y te dejes amar y ayudar por ella.


LA SEÑAL DE LA CRUZ
El cristiano comienza y termina su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz (ver capítulo 10). Hacemos la señal de la cruz de dos maneras: santiguándonos y persignándonos. «Santiguarse» es llevar las yemas de los dedos de la mano derecha a la frente, al pecho y del hombro izquierdo al derecho diciendo: En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. «Persignarse» es hacer pequeñas cruces con el dedo pulgar sobre la frente, los labios y el corazón y, acto seguido, santiguarse. Decimos: Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos, señor, Dios nuestro. En el nombre del padre del hijo y del espíritu Santo. Amén.


 UNA JORNADA EN CAFARNAÚN (Mc 1, 21-39)





LA ALEGRÍA DE JESÚS, NUESTRA ALEGRÍA
Como Jesús, el cristiano trata de vivir con alegría y agradecimiento los hechos de la vida de cada día. Jesús experimenta todas nuestras alegrías y comparte los gozos de los que encuentra en su camino:
   – la alegría del sembrador y del segador (Jn 4, 36-38)
   – la alegría del hombre que haya un tesoro escondido (Mt 13, 44)
   – la alegría del pastor que encuentre la oveja perdida (Mt 18, 10-14)
   – la alegría de los novios en el día de su boda (Jn 2, 1-12)
   – la alegría del padre cuando recibe a su hijo pródigo (Lc 15, 11-32)
   – la alegría de los niños deseosos de acercarse a él (Mt 19, 13-15)
   – la alegría de los amigos que le abren las puertas de su casa (Mt 9, 9-13)
   – la alegría por la acogida que se da a la Palabra (Lc 10, 21-24)
   – la alegría por la conversión de una mujer pecadora (Lc 36-38, 44-50)
Por sus milagros y sus palabras, por las cosas buenas que hace, la gente se alegra y da gloria a Dios. Acogiendo a Jesús, nosotros podemos vivir siempre alegres, confiando en Dios, nuestro Padre. Pero no debemos retener esta alegría, debemos compartirla con cuentos están cerca de nosotros; poner esperanza donde hay desilusión, alegría donde hay tristeza, y vida donde hay muerte.
Los cristianos recordamos las palabras de Jesús y le seguimos. Cristo mismo, por su Espíritu, se sirve de la Iglesia –de todos los bautizados– para la salvación de la humanidad.


ORAR CONFIADAMENTE
Al contemplar como ahora Jesús nos damos cuenta de que se dirige a Dios con confianza, solo con los Apóstoles. Obedece a la voluntad del Padre y le habla con amor:
Padre este, este es mi deseo:
que los que me has dado
estén conmigo donde yo esto
y contemplen mi gloria (Jn 17, 24)
Jesús instruye a sus discípulos para que oren: les invita a presentar sus peticiones a Dios en su nombre y él mismo escucha las plegarias que le dirigen.
Hoy, él también nos enseña a orar:
Cuando recéis,
no uséis muchas palabras…
pues vuestro Padre sabe
lo que os hace falta
antes de que lo pidáis.
Vosotros orad así:
«Padre nuestro 
que estás en el cielo» (Mt 6, 7.9).
El padrenuestro es el resumen de todo el Evangelio; es la más perfecta de todas las oraciones. Situado en el centro del Sermón de la montaña, recoge en forma de oración el contenido esencial del Evangelio.
Cuando los cristianos encontramos dificultades a la hora de orar, basta con que digamos esta oración a Dios.


En el siglo IV, San Juan Crisóstomo recuerda a los cristianos cómo debemos rezar el padrenuestro.


El Señor nos enseña a orar en común
por todos nuestros hermanos.
Porque él no dice «Padre mío»
que estás en el cielo, sino «Padre nuestro»
a fin de que nuestra oración sea de una sola
alma para todo el Cuerpo de la Iglesia.


¿Cuál es la mayor aspiración de un cristiano?
La mayor aspiración de un cristiano es pensar como Jesucristo, valorar la vida como él, amar como él y, con él, vivir en comunión con el Padre y el Espíritu Santo.

UN MOMENTO DE REFLEXIÓN... (preguntas para reflexionar íntimamente, no las contestes inmediatamente, tómate tu tiempo para ello, pero muéstrate sincero/a)
  1. Elaborar
  2. xc
  3. xc
  4. xc
Pincha aquí para rellenar el formulario donde están estas mismas preguntas.



Textos literales extraídos de: 
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Testigos del Señor. Editorial EDICE, 2ª edición. Madrid, 2015. 
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Sagrada Biblia. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid, 2011. 
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