18. El hijo de Dios se hizo hombre
Estimados catecúmenos, en esta entrada podéis
encontrar el texto completo del tema 18 titulado: El hijo de Dios se hizo hombre. Espero que os sirva para
reflexionar e integrar de manera progresiva la presencia de Dios en vuestras
vidas cotidianas.
INTRODUCCIÓN
La historia de la Alianza de Dios con los hombres llegó a
su plenitud cuando Dios Padre envió a su Hijo al mundo para salvarlos. En
Jesucristo se cumplen todas las promesas de salvación que Dios había hecho el
pueblo de Israel.
El evangelio de San Lucas nos cuenta que un día el del Señor
fue enviado a María de Nazaret y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo. No temas, María, porque has encontrado gracia anterior. Concebirás
en tu vientre y darás a luz un hijo, le pondrás por nombre Jesús. Será grande,
se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su
padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». María dijo al ángel: «¿Cómo
será eso, pues no conozco varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá
sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo
que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha
concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril,
porque para Dios no hay nada imposible». María contestó: «He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 28-38).
María concibió a Jesús, su hijo, sin intervención de un
padre humano, porque el origen de Jesús está en Dios mismo. La concepción virginal
de Jesús es una obra excepcional de Dios, que está más allá de la comprensión y
de todo el saber humano, pero los cristianos sabemos que para Dios nada
imposible. Es el Espíritu Santo quien fecunda las entrañas de María. Igual que
la Resurrección de Jesús, la maternidad virginal de María es una manifestación
del poder de Dios, de su decisión de intervenir también en el mundo material e
iniciar la creación.
Jesús nació pobre en Belén. El ángel del Señor anunció la
Buena Noticia a unos humildes pastores, quienes encontraron al Niño con José y
María, que lo había envuelto en pañales y recostado en un pesebre. El tan esperado
descendiente de David no vino con un rey poderoso, si no en la indigencia y la
pobreza.
Jesús vivió en Nazaret, convivió con las gentes del lugar y
fue creciendo y robusteciéndose en la presencia de Dios, su Padre. Fue instruido
y educado en las tradiciones religiosas del pueblo de Israel. La gente no sabía
que era el Hijo de Dios, pues todavía no se había manifestado como el Salvador
prometido.
SAN JOSÉ Y LOS ANTEPASADOS DE JESÚS
En tiempos de Jesús,
para explicar de dónde procedía alguien, se hacía una lista con los nombres de
los antepasados de cada familia llamada «genealogía».
Los evangelios recogen
dos genealogías de Jesús, una de
San Mateo y otra de San Lucas. Ambas terminan en San José, el esposo de María,
de la cual nació Jesús.
San José es un
hombre justo y fiel a la Ley de Dios. Acepta la voluntad divina y toma consigo
a María como esposa. Leyendo los evangelios conocemos que José cumplió su papel
de padre y junto con María educó a Jesús.
San José es patrono de
la iglesia universal, y después de María es el santo a quien debemos mayor
veneración.
DIOS
SE HIZO HOMBRE
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió
Dios a su Hijo, nacido de mujer (Gál 4,
4).
La Iglesia cree que, al llegar la plenitud de los tiempos,
el Hijo único y eterno de Dios empezó a ser hombre al ser concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo en el seno de Santa María Virgen. Tomó realmente
nuestra condición y naturaleza humana y nació en Belén.
Este es un gran misterio. Dios es tan grande que puede
hacerse pequeño y venir a nuestro encuentro como un niño indefenso para que podamos
amarlo. Dios es tan bueno que puede renunciar a su esplendor divino y descender
a un establo para que podamos encontrarlo.
La fe de la Iglesia llama Encarnación al hecho de que el Hijo de Dios, la segunda Persona
de la Santísima Trinidad, tomó para sí una naturaleza humana, sin perder por
ello su naturaleza divina. Así, el Hijo de Dios comenzó a ser y a vivir como hombre:
El
Hijo de Dios con su Encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre.
Trabajó con manos de hombres, pensó con inteligencia de hombre, obró con
voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se
hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto
en el pecado (CONCILIO
VATICANO II, Gaudium et spes, 22).
EN
JESÚS, DIOS VIENE A NUESTRO ENCUENTRO
Alguna vez nos preguntamos si podemos ver a Dios. A veces
experimentamos su cercanía y otras nos es más difícil. Pero él nos ha ofrecido
el camino para que podemos encontrarle.
Los cristianos creemos que Dios mismo nos ha manifestado el
único camino para llegar hasta él: Jesús, su Hijo, presente en todo lo que le
Iglesia cree, celebra, vive y ora. Jesús es el camino para llegar a Dios. «Quien
me ha visto en mí, ha visto al Padre» (Jn 14, 9).
La carta de San Juan nos indica que:
Quien confiesa que Jesús es el Hijo de
Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que
Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor
permanece en Dios y Dios en él (1 Jn 4,
15-16).
ORAR
EN ADVIENTO Y EN NAVIDAD
Dios prometió la salvación y cumplió su promesa de enviar a
su Hijo al mundo.
Durante el tiempo de Adviento, la Iglesia nos invita a
prepararnos para recibir a Jesús, que vino, que viene hoy en su Iglesia y que volverá
al final de los tiempos. Y en Navidad nos ayuda a agradecer el gran don que
Dios nos ha hecho: un Niño nos ha nacido, el Hijo de Dios.
porque en tu amor creaste el mundo
y no abandonaste en el mal
a los hombres que habían pecado,
sino que viniste a su encuentro.
Ahora nos has mandado a tu querido Hijo
Jesús,
como luz que resplandece en las tinieblas.
Él era rico y se hizo pobre por nosotros,
para que nosotros fuéramos ricos con su
amor.
(Plegaria eucarística
III para la misa con niños. Tiempo de Navidad)
EL NOMBRE DE JESÚS
En la Biblia, el nombre
de una persona tiene gran importancia, pues indica la misión que se le ha
confiado. «Jesús» significa «Dios salva». El niño nacido de la Virgen María
recibe este nombre porque él salvará a su pueblo de sus
pecados
(Mt 1, 21); bajo el cielo no se habla de los hombres otro
nombre por el que debamos salvarnos (Hch 4, 12).
Jesús es Dios que salva
el mundo. Por su vida, pero especialmente por su Muerte y su Resurrección,
establece una Alianza nueva entre Dios y los hombres. Cada uno de nosotros por
la fe, puede entrar en esta Alianza.
El nombre de Jesús está
en el corazón de la plegaria cristiana.
En el siglo IV, san Atanasio, obispo de Alejandría, expresa la grandeza del misterio de la Encarnación.
Dios se hizo hombre para que nosotros
llegáramos
a ese Dios
¿Qué
significa que el hijo de Dios se encarnó?
Que el hijo de Dios se encarnó significa que el Hijo único
y eterno de Dios, sin dejar de ser Dios, se hizo hombre débil y mortal, igual
en todo a nosotros, sin pecado.
UN MOMENTO DE REFLEXIÓN... (preguntas para reflexionar
íntimamente, no las contestes inmediatamente, tómate tu tiempo para ello, pero
muéstrate sincero/a)
1. ¿A qué llama Encarnación la fe de la Iglesia?
2. Completa la frase de Jesús: «Quien me ha visto a mí...»
3. ¿Qué significa el nombre «Jesús»?
4. ¿Quién dijo que: «Dios se hizo hombre para que nosotros llegáramos a ser Dios?
Pincha aquí para rellenar el
formulario donde están estas mismas preguntas.
Textos literales extraídos de:
CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA: Testigos del Señor. Editorial EDICE, 2ª edición.
Madrid, 2015.
CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA: Sagrada Biblia. Biblioteca de Autores Cristianos
(BAC). Madrid, 2011.
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